jueves, 28 de agosto de 2014

Despedidas


El tormento de los celos y las peleas había sido la moneda de cambio durante el tiempo que duró el periplo que supo tener por noviazgo, que no había hecho más que marchitar la belleza de su rostro y agudizar la tristeza de unos ojos que se habían acostumbrado, en silencio, a las lágrimas.

No sabía cómo había llegado a ese momento, pero sí estaba segura de no saber cómo afrontarlo. Mil y un recuerdos surcaban su mente, ensalzando ese martirio que casi parecía adorar, a medida que se iba acercando la hora de separar los labios para decir que ya no sentía lo mismo.



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